En Colombia, los pueblos indígenas han cazado carne silvestre, o carne de monte, durante miles de años. En muchas zonas rurales, la carne de animales silvestres sigue desempeñando una función vital para garantizar la seguridad alimentaria, apoyar las economías domésticas y sostener las tradiciones e identidades culturales.

La legislación colombiana permite la caza y el consumo de carne de animales silvestres para la subsistencia de las comunidades indígenas. Sin embargo, aparece una zona gris cuando las comunidades o los individuos intentan vender la carne, a menudo a compradores urbanos.
Caza comercial
Algunos cazadores venden pequeñas cantidades de excedentes de carne de caza para pagar las necesidades del hogar, como los gastos de salud y educación, o artículos básicos como el jabón, el azúcar y la sal. Pero según los reglamentos gubernamentales, toda venta de carne de caza se considera un salto hacia la práctica prohibida de la caza comercial, aunque ésta siga siendo en pequeña escala.
Debido a que es ilegal, el comercio de carne de animales silvestres en Colombia es empujado a las sombras. Se sabe que las autoridades han realizado redadas en mercados, restaurantes, puestos callejeros, comedores universitarios y otros lugares donde se comercia con carne de animales silvestres.
Los científicos del Centro de Investigación Forestal Internacional (CIFOR) que estudian los medios de vida y las dimensiones de conservación de la carne de animales silvestres en Colombia han argumentado a favor de que se haga una distinción jurídica entre la caza comercial en gran escala y la venta de excedentes en pequeña escala. Afirman que estas dos prácticas difieren considerablemente no sólo en cuanto a la escala, sino también en cuanto a los sistemas de gestión y distribución de los beneficios.
«Si el comercio es legal, entonces podría ser regulado adecuadamente para asegurar la sostenibilidad. Autorizar el comercio legal de carne de animales silvestres no significa necesariamente un comercio libre y abierto. Sin embargo, esto implica que deben existir sistemas de buen gobierno», dice Nathalie van Vliet, asociada del CIFOR y autora principal de varias publicaciones del Centro sobre la carne de animales silvestres en Colombia.
Se produjo una serie de videos sobre la investigación de carne de animales salvajes del CIFOR en Colombia, que sacaron a la luz las voces de los más cercanos al tema. A continuación se presenta una selección de ellos.
Seguridad alimentaria
Las comunidades de cazadores dicen que la carne silvestre es mucho más saludable que los alimentos procesados y la carne de granja que se venden en las ciudades. Atribuyen el consumo de carne silvestre a la buena salud, incluyendo la fuerza del cuerpo y la mente.
Maximina Mena, un ama de casa de Tutunendo, atribuyó una dieta de carne de animales salvajes a lo que ella considera una alta tasa de longevidad en su pueblo.
«Ayer enterramos a una mujer de 105 años», dijo a los investigadores. «[Su larga vida se debió] a que no comió alimentos con tantos productos químicos».